Posiblemente, sin que sus actores lo sepan, la cadena de ganados y carnes está entrando en un importante periodo de definiciones totalmente vinculadas al futuro. Como las decisiones nunca son el resultado de seres iluminados que tienen claridad sino de acciones colectivas, que son la única garantía de su concreción y sustentabilidad, todos los que formamos parte de esta cadena podemos hacer nuestros aportes y en muchos casos actuar como disparadores de temas conceptuales profundos.
La cadena de ganados y carnes, pasada ya hace un tiempo la euforia del cambio de gobierno y la quita de las trabas a su funcionamiento como así también la devolución de los reintegros de exportación, comienza un periodo de crecimiento más lento con una gran perspectiva pero con interrogantes cuya resolución modificará el rumbo.
Propongo siete interrogantes que marcarán el destino de nuestra producción:
1- ¿Queremos un país que recupere su perfil exportador o preferimos solamente mercado interno?
2- ¿El formato de terminación de los animales del futuro será solamente en Feedlot o en un sistema mixto de pasturas y confinamiento?
3- El frame de los animales ¿seguirá los modelos de EEUU o mantendrá los desarrollos genéticos actuales con pequeñas modificaciones?
4- Los aceleradores de crecimiento ¿deben ser incorporados a nuestro status sanitario?
5- La venta de la carne en el mercado interno ¿seguirá igual por otros 100 años?
6- Los mercados de referencia ¿deben ser repotenciados o solamente buscamos la venta directa?
7- ¿Cómo imaginamos la apropiación de la renta dentro de la cadena para cada uno de los actores?
Comenzar a pensar hoy estos temas ayudará a saber con más precisión hacia dónde queremos ir, sabiendo que gran parte de las decisiones son nuestras como argentinos pero que también estamos en un mundo globalizado que ejerce una fuerte interrelación.
El primer interrogante planteada en este artículo es el ABC de lo que queremos ser, si aspiramos a un país cerrado que viva solamente en forma endogámica el consumo será la respuesta, pero si tenemos una visión más abierta integrada a nuestra historia revalorizaremos el valor de la exportación y con ello los destinos a que están asignadas las distintas categorías de animales.
El segundo interrogante nos lleva a revalorizar el importante aporte del feedlot que modificó en los últimos 20 años el formato de engorde de los animales, pero este sistema cuasi industrial de producción debe suplantar al engorde tradicional con pasturas o debemos hacer un formato mixto, que permita revalorizar la hacienda no solo por su valor sino por el importante componente a la sustentabilidad ambiental de nuestras tierras y poblaciones.
El tercer interrogante está más imbricado en el biotipo que definimos hace muchas décadas y que nos presenta como el rodeo británico más grande del planeta, con una calidad genética excepcional valorada por todos pero que desde el análisis productivo pierde en la competencia con otros actores internacionales.
El cuarto interrogante obliga a una definición conceptual madurada durante años, los aceleradores de crecimiento son una gran fuente de ingresos extras, pero pone en el tapete temas sanitarios que una vez tomados difícilmente se pueda volver atrás y perder una de nuestras mayores diferenciaciones sobre su calidad de origen.
El quinto interrogante es la mejor demostración de nuestro miedo a innovar, si seguimos así continuaremos bajando la media res al hombro por otros 100 años más.
El sexto interrogante sobre los mercados de referencia nos pone ante un espejo que es tener que elegir entre: la mejora de ingresos inmediata por la venta directa reduciendo costos o colaborar con el mantenimiento firme de los mercados de referencia con volúmenes significativos. La experiencia vivida en el trigo y en el maíz en la última década es el mejor ejemplo de lo que pueda pasar para los productores cuando no existen precios de referencia, el mediano y largo plazo se miden por su sustentabilidad.
El séptimo interrogante conlleva una visión sistémica de la cadena donde los distintos actores poseen porciones de la renta: criadores, invernadores, feedloteros, frigoríficos, carniceros, supermercados. En los últimos años hubo modificaciones y lo que debemos pensar es como buscamos puntos de equilibrio más asentados en reducción de costos que en apropiaciones forzadas por sus niveles de posiciones dominantes.
Seguramente existirán más interrogantes a resolver en este camino de crecimiento, pero lo que sí está claro es que lo que hay que hacer es enfrentarlos y resolverlos colectivamente. Hay que conocer nuestras fortalezas y debilidades, y saber que las oportunidades se construyen teniendo ideas fuerza que establezcan un objetivo conjunto.
Artículo del director Ejecutivo de Rosgan, Raúl Milano.